EDUCACIÓN PERSONALIZANTE
Desde está concepción, una buena educación reafirma las altas expectativas sobre la formación integral, el desarrollo y los aprendizajes de los estudiantes. Siendo, estos tres componentes, aspectos correlacionados en los procesos de formación y educación.
En este sentido, se acompaña, desde todos los grados y todas las instancias, el apoyo a la definición de un proyecto personal de vida. Por mucho que los estudiantes, con las edades, cambien sus perspectivas de futuro, siempre la educación debe atender el deseo de cada persona por definir su futuro. Es éste rumbo quien ayuda a definir no sólo el futuro, sino que enruta el presente de cada educando, pues dota de sentido el quehacer cotidiano. La buena educación está atenta a atender y acompañar este proceso, el cual se convierte en vital para cada persona, sobre todo en algunos contextos socieconómicos y familiares que son demasiado difíciles. La Institución educativa algunas veces llega a reemplazar una tarea que corresponde a la familia.
Equidad. Con un alto sentido de responsabilidad a los centros educativos les corresponde, dentro de la concepción personalizante de la educación, conocer, acompañar y sobre todo apoyar a los estudiantes que evidencian dificultades, bien sean estos de convivencia, académicos, o afectivos; pero aún más, el compromiso aumenta cuando encontramos estudiantes que evidencian dos o tres dificultades relacionadas con los anteriores componentes. La equidad empieza cuando se apoya a las personas y/o familias con dificultades. En este trabajo se buscan diversas estrategias que involucren a las familias en el mejoramiento de estas dificultades.